SONIA tenía 17 años cuando sufrió una experiencia que le
marcó para toda la vida. Salían en pandilla con otros chicos y
chicas del barrio y un día apareció un chico nuevo que era vecino
de su amigo Sergio. Este chico procedía de una familia
desfavorecida, su padre era alcohólico y un hermano mayor estaba en
prisión por robar en una gasolinera (era toxicómano). Este chico se
hizo en pocos días el líder del grupo: era el más divertido y
chistoso, gustaba mucho a todas las chicas del instituto y su labia
les tenía a todos encandilados. Pasados unos meses comenzaron a
salir como pareja. A Sonia no le parecía nada serio puesto que le
conocía y sabia que iba de flor en flor, pero a ella le gustaba y
pasaban buenos ratos juntos. Los problemas comenzaron cuando un día
le dijo que no se pusiera faldas cortas ni tops, que la quería sólo
para él y que los demás se buscaran a otra”.
A Sonia le pareció excesivo dado lo
incipiente de la relación, pero poco a poco fue cohibiéndose a la
hora de vestir, hasta el punto de que sus amigas se reían de ella
por hacerle caso. Comenzaron a aflorar los puntos más negativos de
este chico, todo resultó una carátula y detrás había una persona
agresiva y conflictiva. Cualquiera que mirara a Sonia o que la
saludara era un motivo para ensalzarse en una pelea o discutir con
amenazas e insultos. Las amigas comenzaron a separarse de ella por el
miedo que le tenían y se veían o hablaban a escondidas para que él
no se molestara. Sabía que podían ser las causantes de que Sonia
reaccionara.
El aspecto físico de Sonia se fue
deteriorando, tenía ojeras y la ansiedad le hacia comer poco y a
veces vomitar. Lloraba por las noches porque no sabía qué hacer y
el miedo la tenía paralizada. Un día, tras la presión de su madre,
le contó lo que sucedía y a partir de ahí todo se resolvió. Sus
padres y ella fueron juntos a denunciar a este chico y tras la charla
de rigor de su padre a él, nunca más volvió a molestarla.
Rompieron definitivamente, ella se fue todo el verano a casa de unos
primos y al volver el chico había desaparecido. Los amigos le
dijeron que se fue a trabajar a las islas. Tuvo suerte.